Como buena puta, con una rica boca de mamadora |
Hoy te voy a
contar una historia, quizá no la mejor de las historias, pero sí una de las
grandes experiencias que he vivido. Es del tiempo en cuando salía con el bomboncito
de Cynthia. Es probable que el nombre aún no te diga nada, pero si te digo que
su apellido es Francesconi quizá ya puedas empezar a detectar de quién hablo.
Puede ayudarte también si te digo que esta señorita (jaajaja) es una seria
conductora de televisión, específicamente del canal 40 o Proyecto 40. Tuvo una
etapa de putita del 13, apareciendo en uno de sus varios programas de basura
amarillista calienta pájaros.
si una putita de la tele aparece en sus fotos con hambre de verga ¡es porque la tiene! |
Bueno, la
señorita Francesconi es una mujer preparada, exitosa y de indudable belleza. Cuando
la conocí no pasábamos de una relación laboral pero esta poco a poco fue
mutando hacia una historia candente de sexo y más sexo. Por mi estado civil,
casado, y el suyo de novia estable de un extranjero radicado en México, los
comienzos fueron más que morbosos y ardientes.
La historia que
te quiero contar es de cuando le rompí el culo a la zorrita Francesconi. Pasé,
como ya era costumbre, a recogerla a la salida de su trabajo y hablando de las
cosas triviales que se hablan en un automóvil del DF a las 3 de la tarde, nos
encaminamos hacia un hotel al sur de la ciudad. Cynthia usaba unos maravillosos
jeans que le hacían la justicia suficiente al par de nalgas y piernas que aún
se carga, complementando su atuendo con una blusa negra sin mangas para marcar
su excelente par de tetotas y unos tacones pide verga. Colocándose las gafas
oscuras y poniéndose tan nerviosa como siempre que entrábamos a un motel,
llegamos a nuestra habitación. La cortesía, timidez y cierta inocencia, se
olvidaron apenas cruzamos la puerta, convirtiéndonos ambos en un par de
animales en celo con ganas de fornicar por placer.
Apenas cerré la
puerta de la habitación la tomé de la cintura y atraje su maravilloso culote a
mi, ya muy abultada entrepierna y así avanzamos hacia la cama mientras la
llenaba de besos y lengüetazos en su cuello. Lo que me encantaba de Cynthia es
que bajo esa capa de mujer culta y seria, esconde una extraordinaria
cogedora con una maravillosa hambre de carne de hombre. Como siempre lo hacía,
le bastó el click de la puerta y mis besos iniciáticos para que llevara sus
manos en busca de mi bulto; y así, de espaldas como la tenía, pronto encontró
mi verga totalmente erecta a la espera de sus alivios. Continuamos así por unos
minutos, yo sobando su maravilloso par de tetas después de haberla ya despojado
de su blusa y empezando a hacer lo mismo con su precioso brassier negro, cuando
ella sacó más el culo y comenzó a bailotearlo sobre mi verga. El silencio de la
habitación, hasta ese momento solo llena de besos e incipientes gemidos, se
rompió cuando le dije lo que me encantaban sus tetas y su maravillosa
respuesta:” Son tuyas, chiquito”.
Lo sé, aún las más putas son unas melosas de
la recontrachingada.
Yo estaba que
explotaba, así que le dije lo mucho que quería cogerla y lo muy duro que me
tenía. Lo cual era obvio para ella, así que como si se tratara de una orden,
obedeció pronta a su macho y en un ágil movimiento rápidamente estuvo de
rodillas desabrochando mi pantalón y buscando su ansiada carne. La puta mama y
vaya que la puta mama muy bien. Se maravillarían ustedes de ver de pronto a esa
zorra rubia de 1.70 y ojos miel de rodillas ante ti metiendo por completo tu
verga en sus fauces. La chica tenía hambre; y es que a la muy rica puta su
pareja no le daba lo que merecía. Mi verga estaba siendo mamada de manera
estupenda, y así se lo hice saber con mis palabras y gemidos. Te gusta? Te gusta
cómo te la chupo?...no sabes cuántas ganas tenía de pito, mi amor. Estoy muy
deseosa… Decía la puta.
La zorra de
Cynthia no hace más que excitarme. Lo sabe hacer muy bien. Imagínate la de
vergas que habrá parado en foros y calles solo con verla caminar. Y es que la
Francesconi tiene un ano delicioso.
Putita, te gusta
la verga ¿verdad?...quieres que te la de, ¿mamita?...ummmm sí….¿sí chiquita? ¿Me
vas a dar ese culote que te cargas y que todos desean cuando te ven pasar
putita?
Para entonces ya
la tenía de pie y comenzaba a ponerla en cuatro: su posición favorita. Así de
perrita, y con su culo completamente entregado para mí, después de algunas
lamidas que le arrancaron sonoros gemidos, comenzó a rogar por mi verga. Yo,
aunque no lo creas, soy un hombre muy comprensivo y obediente. Así que le dejé
ir todo mi pito completamente duro en el culo de Cynthia Francesconi.
Ahaaaaaah…. Aaaaah…mmmmm…así…así…cógeme
así cabrón…qué rico me haces el culo mi amor… es todo lo que decía la muy puta
de Cynthia Francesconi.
No me la saques
papito…no me la saques…sigue cogiéndome así…. Qué maravilla de puta, amigos.
A cada bombeda y
embestida que le dí, la puta gritaba y se saboreaba. Cómo le encanta la carne
de macho a Cynthia. A cada nalgada la puta respondía, se movía más y mejor. Seguramente
se vino, porque gritó y mi verga la llenó de sus jugos blanquecinos. Yo quería
seguir rompiéndole ese perfecto culo; es más, si pudiera aún no dejaría de tener
la verga dentro de ella, pero Dios tiene caminos misteriosos y pronto también
me vine. Obviamente, y como lo esperabas, la puta pidió que le llenara el culo
de mecos. Dónde quieres mi leche puta- le pregunté. Dámela en el culo, cabrón. Llénamelo
todo…quiero escurrir de tu leche… Y así lo hice, compañeros. Una increíble
cantidad de esperma inundo su delicioso ano y la muy zorra solo acertó a
agradecerme volviendo a chupar mi verga y limpiarla de todo rastro de leche que
quedara.
La bebita se fue
bien cogida ese día. Dispuesta a hacerse la santita con su novio y la gran
estrella de la pantalla.
Qué rico culo
tienes, Cynthia